viernes

Una boda de verano

La madre y las hermanas de Luis me pidieron que les diseñara los vestidos que llevarían en "La boda de Marta y Luis"

Cada una me dijo qué estilo y colores le hacía ilusión llevar pero la verdad es que me dieron total libertad para diseñarles el vestido y yo intenté reflejar la personalidad de cada una.

Paloma, la madrina, iba de color azul contrastando con la mantilla negra. El vestido caía recto con un godet en la espalda haciendo una pequeña cola, mangas con un volante largo y un fajín con lazada caída.





Begoña llevaba un vestido de gasa de seda verde.  Las mangas, espalda y cinturón llevaban pedrería bordada sobre tul, en el mismo tono de verde.


Detalle de la espalda


A Jimena le hacía ilusión ir de color coral y con un tejido especial, así que después de darle vueltas a la idea, decidimos comprar un sari. Lo compramos en una tienda de Barcelona que traen saris de seda directamente de India. Tenían muchísimos y nos costó decidirnos, porque los dibujos y cenefas son preciosos, al final escogimos uno con detalles en dorado. 


Almudena quería un cuerpo asimétrico y un cinturón con cordones dorados. Realizamos un cuerpo en blanco roto de crep de seda y una falda color fresa de gasa al biés, para que tuviera mucho movimiento. el cinturón de cordón dorado con nudo marinero unía las dos piezas. Para la iglesia le confeccionamos una capita con plumas en crep de seda.


Fátima había visto un escote que le encantaba y a partir de esa idea empezamos a trabajar su vestido en una gasa de seda morada al biés, que completó con un mantón de manila en crudo.

















martes

La boda de Marta y Luis

Marta tenía muy claro el vestido que quería para su boda. Le hacía ilusión una falda con una gran cola y un cuerpo de pedrería con cuello pico y manguitas. Así que empecé a buscar los materiales parra hacer realidad este vestido.

La falda, de tres metros de cola y con grandes pliegues en la cintura para conseguir un efecto abullonado, la realizamos en seda salvaje y dos capas de tul ilusión. Para el cuerpo escogimos una pedrería de motivo floral bordada sobre tul con cuentas de nácar y lentejuelas que tenía algún que otro detalle plateado y dorado.



El escote de delante y de la espalda eran de pico y Marta me pidió ir un poco más cubierta para la iglesia, así que ideamos un tul para el escote y la espalda, con cuello a la caja con cuentas de nácar, que luego se podía quitar que quedó perfecto.


El velo, de tres metros, llevaba bordados similares al cuerpo de pedrería.



Detalle de la escote de la espalda, ya sin el cuerpo de tul, y de la lazada de tul que le ceñía la cintura.

A pesar de ser tan larga la cola, se recogía perfectamente, para que pudiera bailar y moverse con toda comodidad.


Las niñas de la boda llevaban un tocado tipo años 20, también hecho por mi.



Y la mejor sorpresa me la llevé hace unos días cuando Marta me dijo que la boda salía en la página web de Telva, donde podéis ver más detalles.


Paloma en la boda de su hija

Paloma es la madre de "La Novia de Otoño". Al ser la boda en noviembre diseñamos un abrigo tipo Chanel en un tweed que combinaba desde tonos berenjena, azules, crudos, grises y negros. 

El tocado lo realicé con plumas color berenjena y tul de plumeti gris.


El vestido consistía en una falda y cuerpo de raso color añil. El cuerpo con sisa entrada, cuello a la caja con unos pequeños pliegues y la falda lápiz con un peplum.

Paloma probándose el tocado en casa, antes de salir.


La Novia de Otoño




Almudena y yo llevábamos hablando de su vestido durante tiempo. Cada vez que veíamos una imagen que nos gustaba la guardábamos, la comentábamos y así fuimos diseñando su vestido perfecto.

Elegimos un raso y una organiza de seda de color blanco roto, y lo completamos con unas puntillas vintage y tul de plumeti. El vestido era de lineas muy sencillas por delante, cuello barco, manga larga muy ceñida, cuerpo ajustado y falda con caída.

El detalle del cinturón era lo que unía las dos partes del vestido, terciopelo con una puntilla de valencienne haciendo el mismo dibujo floral que las puntillas de la espalda.

La espalda de Almudena contrastaba con la sobriedad de la parte delantera. El escote de la espalda se abria en pico y lo redondeaba una puntilla de valencienne en blanco roto estilo vintage y en la cola se abria un godette lleno de volantes variados, organza plisada, tul plumeti, valencienne, organza y tul.





En estas fotos se puede apreciar los detalles de la espalda y lo bonita que quedaba la cola del vestido incluso cuando se la recogía.




El velo no quisimos cargarlo mucho, ya que el vestido aunque era muy sobrio de lineas, llevaba muchos volantes y encajes; y continuando con la linea vintage que queríamos escogimos un tul de tres metros y una pequeña puntilla plumeti blanco roto para que rodeara el velo. Y la verdad es que no pudo quedar mejor.



Podéis ver más detalles de la boda de Almudena en Detallerie





jueves

Un editorial con Telva

En verano de 2006 me ofrecieron sustituir a un ayudante de estilismo para un editorial de Telva que iban a hacer Mercedes Clapes y Antoni Bernad. Por supuesto ¡dije que sí!


Cuando Toni disparaba sin parar para sacar esta foto entendí lo que era "darse a la cámara" porque la modelo sufrió una transformación absoluta. No se como explicarlo. Es verdad que era mona, que iba muy bien maquillada, peinada y vestida, pero de repente se transformó, se volvía bella, era una especie de actitud que tomaba, era como sacar la belleza de dentro. Me gustó mucho ver algo así, tan de cerca.

Pero empecemos por el principio. Mercedes había seleccionado unos looks con unas prendas increíbles, yo estaba terminando la carrera y creo que nunca había tenido en mis manos un vestido de Chanel o de Luis Vuitton, unos zapatos de Jimmy Choo o un maxi kelly de Hermes, y disfruté como nunca. Antoni Bernad, Toni, vino y estuvimos todo un día preparando los looks en un perchero, la idea de reportaje que quería, las poses de las modelos, la posición que les gustaba más de la luz, los complementos,etc.

En aquel momento yo pensé que por qué no empezábamos ¡ya! pero cuando terminamos me di cuenta de que del trabajo inicial bien hecho depende todo. Si no, salen mil imprevistos, todo se descontrola un poco y al final tardas más.


En Chanel empezamos lo primero, para que no hubiera mucha gente por Paseo de Gracia. Aún así tuvimos que parar a algunos peatones y curiosos unos minutos. Aunque prácticamente no se nota, el escaparate de Chanel tenía unos graffitis, pero al final no hizo falta sacarlos porque ni se ven.


Entrando en Pomellato. Tuvimos que ir al mediodía para no molestar a los clientes, pero fue una ventaja porque así la modelo se pudo cambiar un par de veces y no en la furgoneta como venia haciendo ¡pobre! Era la primera vez que en España se veía este estampado de Vuitton que ahora es tan famoso. ¡A mi me encanta!





Ejerciendo de estilista con otra modelo y...pasando mucha calor con un traje de lana precioso de Angel Schlesser.





Momento de descanso y reponer fuerzas con Food & Mambo, nos prepararon unas cajas de comida para llevar con un packaging chulísimo.

Fueron tres días de trabajo que volvería a repetir un millón de veces. Aprendí mucho y me lo pasé genial. Todavía recuerdo con qué ilusión los meses siguientes revisaba Telva para no perderme "mi" reportaje. Y todavía me hace ilusión comprobar que estas fotos se siguen usando, sin ir más lejos este último mes, mayo de 2012.

miércoles

Mi segundo encargo

Esther, la madre de Ainhoa, estuvo en la boda de Inés y después de ver el vestido me pidió que, si su hija quería, se lo hiciera. Cuando me enteré de que se casaba se lo dije y así Ainhoa pasó a ser mi segundo encargo.
Yo ya tenía más experiencia, por entonces trabajaba en Factory una empresa de moda de mujer y había observado bastante cómo trabajaban las patronistas y cuando tenía alguna duda me echaban un cable.

Ainhoa quería un vestido bastante diferente al de Inés. Era muy sencillo de lineas, pero bastante trabajado el patronaje. Escogimos una seda de color blanco roto precioso y como detalle un cinturón con pedrería para marcar el talle. Llevaba una pequeña cola muy manejable y una chaquetita para la iglesia, ya que empezaba a hacer fresquito y el vestido era de tirantes con la espalda escotada.


Disfruté mucho haciendo este trabajo, sobretodo viendo a la novia contenta y feliz con el vestido.

¡Siento no tener más fotos en los que se vean más detalles del vestido!

Mi primer encargo


Inés y yo éramos amigas de toda la vida. En el colegio, con 15 años, cuando yo ya quería ser diseñadora de moda, quedamos en que le haría el vestido de novia. Cuando me llamó para contarme que se casaba y darme detalles de cómo quería el vestido yo ¡ni me lo creía! Suerte que conté con la ayuda de Charo, una patronista genial, y de Carmen que nos cosió el vestido definitivo.

Una vez definido exactamente cómo quería el vestido, empezamos con el patronaje y cosimos un vestido de prueba, en glasilla, para ajustar los volúmenes, el largo, y hacer las rectificaciones necesarias.

Cuando ya tuvimos los patrones Inés y yo fuimos a comprar las telas. Ella tenía un velo precioso y queríamos que los encajes que escogiéramos y las telas tuvieran el mismo tono y aire. Al final encontramos un encaje italiano muy bonito que se parecía bastante al dibujo del velo.




La verdad es que el vestido quedó precioso. Mirando hacia atrás pienso que fue una lanzada por mi parte, porque no tenía ninguna experiencia. Pero el resultado fue positivo y yo aprendí muchísimo, y gracias a esto me salió otro encargo, pero esto ya es otra historia...